jueves, 24 de enero de 2013

Recordando Futuro

Portada del nº8 de Futuro, ilustrada por Don Conquest

Leonor Fernández y Luis Vigil (selección)
Recordando Futuro
EDT, 2012

Viñeta de Roberto Segura
Una de las cosas curiosas de ir haciéndose mayor es que puedes hacer comparaciones de lo que, cuando eras niño, pensabas que iba a ocurrir en el futuro y lo que una vez ha sucedido una vez llegado ese futuro que, entonces, parecía tan lejano. Ahora, quizás, sea internet el lugar en donde se dan rienda suelta a las predicciones del tiempo por venir, pero hace décadas eran las publicaciones en papel, revistas y libros, las que atesoraban todo el impredecible futuro. Una de las publicaciones que mayor difusión tuvo en nuestro país en el ya lejano año 1957 fue la revista Futuro, editada por Ediciones Cliper. Solo aparecieron doce números pero, pese a tan poca vida, logró convertirse en uno de los referentes de la ciencia-ficción española, aún en pañales y con muchas referencias a lo que sucedía fuera de las fronteras de ese país apocado y lento que éramos entonces.

El coche del futuro, dibujado por Roberto G.

Una colección de revistas que tiene su homenaje más de cincuenta años después en el libro Recordando Futuro, cuando el futuro que entonces estaba mucho más allá del horizonte ha superado todas las expectativas y se ha transformado en algo inimaginable para los ciudadanos de aquello tiempos pasados. Curiosamente entonces eran frecuentes las predicciones de contactos con invasores extraterrestres, las maquinarias cada vez más impresionantes por su tamaño, la energía atómica como fuente de todos los beneficios y energía para los transportes, los coches voladores, los mecanismos robóticos acoplados al cuerpo humano... Fantasías que hoy se nos antojan ingenuas, ya que la miniaturización de las máquinas, los chips y la electrónica, la comunicación telefónica móvil e internet han dejado aquellas predicciones en la más absoluta antigüedad. Aún así, recuperar aquellas fantasías se convierte en un acto de reconciliación con nuestro pasado más humano, con una forma de vida que se antojaba menos rápida y despiadada que la actual, en la que los humanos de a pie, los hombres y las mujeres, tenían más que decir que los intereses económicos que hoy manejan todo.
Es evidente que la época estaba marcada por los miedos a las invasiones (eran los peores tiempos de la Guerra Fría) y, en España concretamente, por una sociedad que aún no había abierto sus puertas a las sociedades más avanzadas y modernas de aquel mundo ya pasado. También quedaba muy cerca la terrible experiencia de las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, lo que hacía prever catastróficas algunas probabilidades del futuro de la humanidad. También se antojaba entonces mucho más rápida la carrera espacial, entonces en sus inicios, y se hacían predicciones de conquistas de planetas muy lejanos para expandir la raza humana o huir de las hecatombes que ponían en pelibro nuestro planeta.
Una delicia, recopilada por Leonor Fernández y Luis Vigil, el gran especialista español sobre ciencia-ficción, que está llena de aventuras, de ilustraciones llenas de encanto, de humor  y de muchos sueños de futuro, de muchos futuros, algunos de los cuales han caminado acercándose a la realidad que nos ha tocado vivir y otros con la grandeza de poder seguir estimulando nuestra imaginación para el futuro que siempre veremos por delante.
Javier Herrero

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