martes, 3 de julio de 2012

Ernst Ludwig Kirchner


Autorretrato (1915)
Ernst Ludwig Kirchner
Fundación Mapfre. Salas Recoletos. Paso de Recoletos, 23. Madrid.
Desde el 26 de mayo al 2 de septiembre de 2012

La Fundación Mapfre se luce esta temporada con la primera exposición de uno de los artistas más importantes del arte europeo del siglo XX, autor de una obra inmensa, con cerca de 1.400 óleos, más de 20.000 dibujos y acurelas, 2.100 grabados, 150 esculturas, 1.500 fotografías y muchos trabajos textiles. El alemán Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938) formó parte del grupo de artistas Die Brücke (El Puente), fundado en 1905 junto a Erich Heckel (1883-1970), Fritz Bleyl (1880-1966) y Karl Schmidt-Rottluff (1884-1976), los cuatro estudiantes de la Escuela técnica superior de Dresde y al que en 1906 se suman  Max Hermann Pechstein (1881-1955) y Emil Nolde (1867-1956) y en 1910 Otto Müller (1874-1930). Juntos revolucionaron la pictura con unas bases estéticas asentadas en el Expresionismo y que abogaba por la expresión mediante colores planos y puros inspirados en el Primitivismo y el Fauvismo francés.

Cocotte con sombreto emplumado (1910)

El trabajo de Kirchner está cargado de una fuerza expresiva incuestionable otorgándole al color un carácter inquietante, violento, antinatural, recomponiendo las perspectivas e investigando cada imagen en multitud de técnicas. Sus estudios de arquitectura ayudaron también a presentar sus obras urbanas con una mirada muy subjetiva e irreal, descomponiendo la complejidad en formas mucho más simples llenas de color. Aunque fue la figura humana y el retrato lo que marcó sobre todo la temática tanto de su obra como la del resto de Die Brücke.

Grandes amantes (Mr. y Mrs. Hembus) (1917)

No obstante, el éxito de que gozó en su primera época se entrecruzó con el agotamiento por el exceso de trabajo y una vida poco regular con gran consumo de drogas y, durante la Primera Guerra Mundial sufrió una grave crisis nerviosa que infuyó decisivamente en su estabilidad mental, que ya no recuperaría durante el resto de su vida. Una vida en la que recorrió sanatorios en Suiza y Alemania y que halló un cierto sosiego en Davos, una población de los Alpes suizos en donde su espíritu se relajó y en donde experimentó pictóricamente con los paisajes, los lugareños y las luces limpias de la montaña.
Sin embargo, su técnica no dejó de evolucionar en ningún momento y ese sosiego anímico le llevó a simplificar las pinceladas, a desarrollar figuras más planas y sencillas como grandes masas de color yuxtapuestas, en lo que se ha denominado estilo tapiz. Su lenguaje plástico va abstrayéndose, descomponiendo las figuras, acercándose a la obra de Picasso, Léger o Le Corbusier, de la que era gran conocedor y admirador, aunque siempre mantuvo la figuración como elemento clave de su obra.
También la fotografía fue una de sus pasiones creativas y muchas de las que realizó sirvieron de motivo para posteriores dibujos, grabados o pinturas.

Retrato de Franzi Fehrmann (1910)

Con el ascenso del nazismo y la promulgación de Arte degenerado, muchas de sus obras fueron retiradas de los museos y el propio Kirchner expulsado de la Academia de las Artes prusiana de la que era miembro. El miedo a una invasión nazi de Suiza llevó al artista a destruir parte de su obra y, posteriormente, a suicidarse el 13 de junio de 1938, en la ciudad de Davos donde vivía, que fue su refugio creativo y es cuyo cementerio se encuentra enterrado.
Una gran oportunidad para asombrarse con la fuerza expresiva que recorrió las décadas más inquietantes del primer tercio del pasado siglo a través de una de sus figuras artísticas más importantes, aunque no tan conocida para el gran público.
Puedes hacer una visita virtual a la exposición pinchando aquí.
Puedes ver una galería de imágenes con la obra de Kirchner
en la enciclopedia visual online Wikipaintings pinchando aquí.
Javier Herrero

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