jueves, 14 de junio de 2012

Un dios salvaje



Roman Polanski
Un dios salvaje (Carnage, 2011) Cameo

Una nueva película de Roman Polanski siempre es una nueva oportunidad de ver buen cine. Aunque, a decir verdad, su última cinta es teatro filmado. Con maestría, eso sí, que a Polanski de eso no le falta. Un autor que domina todos los géneros, aunque como decía en la reseña de sus películas El cuchillo en el agua (1962), Repulsión (1965), Cul-de-Sac (1966) (para leerla pincha aquí), casi todas tienen en común la angustia, el encierro y la opresión que viven los protagonistas de las mismas. En Un dios salvaje también ocurre algo parecido, aunque con ciertos matices. Basada en la obra de teatro Le dieu du carnage de la francesa Yasmina Reza, los cuatro protagonistas que intervienen parece que nunca pueden acabar su conversación, que no van a poder dejar la habitación en la que están. Casi parece un guiño a El ángel exterminador de Luis Buñuel, con los personajes hablando y hablando sin parar, enfrascándose en una conversación que crece sola y les atrapa irremediablemente, impidiéndoles escapar de ella.


Polanski se luce con el rodaje. Realizado en una sola toma (aunque con distintas cámaras), el director de origen polaco ensalza las virtudes del teatro sin abandonar la técnica y características propias del medio cine. Cuatro protagonistas que están estupendos en sus distintos papeles: Kate Winslet, como una broker agresiva y excesivamente afectada, Christoph Waltz, marido de esta, en un papel de abogado desalmado y despiadado, adicto al trabajo, que se ven obligados a acudir a la casa del amigo de su hijo buscando una conciliación por la agresión que este ha infligido al hijo de la otra pareja. Un matrimonio de clase media, propotipo del que se siente rico sin serlo, protagonizado por Jodie Foster, especialista en arte antiguo y maniática hasta el ridículo, y John C. Reilly, en el papel del marido bonachón y conciliador, vendedor de cisternas y con un trasfondo machista tremendo.
Las actuaciones son impecables, los diálogos, ácidos y divertidos, y el argumento general, una sátira despiadada a las buenas costumbres y lo políticamente correcto, además de a los trasfondos agresivos de la sociedad occidental, tan estresada con llevar una buena vida.
Puedes ver el trailer de Un dios salvaje pinchando aquí.
Javier Herrero

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